Después de un año de viajes bastante frenético, que me ha llevado a diferentes partes del planeta, por fin, he podido sentarme un ratin y poder escribir algo en el blog. 

Realmente me apetece mostrar parte de las experiencias vividas en mi primer viaje a la India, que ha resultado del todo espectacular, sin duda, un destino obligado para los fotografos amantes de los grandes mamíferos y concretamente de los grandes gatos. 

El pasado mes de Abril salí para la India, con destino final  Kanha y Tadoba, a buscar como objetivo principal los tigres que, una y mil veces, he visto en publicaciones y sobre todo en documentales. 

La verdad es que las expectativas cuando realizas un primer viaje siempre son altas, pero con la serenidad de saber que se trabaja con animales salvajes y que son ellos los que deciden aparecer o no a escasos o lejanos metros de tu vehículo.

Pero la documentación y el conocimiento de la especie son vitales, a la vez que contar con el asesoramiento de un buen guía local que te ayude en el breve periodo de tiempo y que cada minuto sea aprovechable. 

Se estima que la población de tigres en libertad es de unos 3.200 tigres en el mundo, frente a los más de 20.000 individuos cautivos, está claro, siempre es más fácil fotografiar tigres en cautividad… pero no es lo mismo.

Trabajar con fauna salvaje y fotografiar las especies en su entorno y en libertad, por muy bella que sea la foto en cautividad, nunca tendrá, a mi entender, ese componente que buscamos los fotografos de naturaleza de la especie en su medio, en su entorno, con las condiciones que le rodean, algo de lo que quizás hablaremos más adelante en algún post. 

Los tigres suelen ser animales solitarios, esquivos, puedes estar buscándolos todo el día bajo el incesante calor, en ocasiones temperaturas superiores a los 50 grados, para tener apenas un encuentro fugaz que va desde segundos a algunos minutos con mucha suerte.

Lo que obliga al fotógrafo a estar siempre alerta y pasar de la más absoluta inactividad y hastío, a unos segundos frenéticos donde necesitas dar lo mejor de ti en pocos segundos.

La verdad es que es un verdadero reto personal, muy similar a algunos encuentros fotográficos con leopardos. 

Miles de kilómetros, horas y horas de espera, documentación, trabajo logístico, mucha ilusión y, lo mas importante, una motivación por las nubes hasta que, por fin, puedes tener el primer encuentro con el gran gato, sin duda algo indescriptible.  

Como os comentaba, los tigres eran el obvio principal, pero son muchos los otros motivos fotografiables, ungulados, monos, aves…

Sin duda, un destino que, a pesar de ser bastante laborioso, los resultados compensan con creces el esfuerzo y la dedicación. 

En Mayo del año que viene vuelta a la búsqueda del tigre, si quieres puedes acompañarme en EL PROXIMO SAFARI A LA INDIA