Aún el invierno no ha hecho más que timidas apariciones en la montaña leonesa, ya empezamos a tener mañanas frías con temperaturas por debajo de cero,  momento de  hacer la matanza del gocho. Esta es una práctica tradicional que, lamentablemente, está entrando en desuso por el abandono de la gente de los nucleos rurales. Partiendo de la base de que no es agradable sacrificar un animal que has estado alimentando un año, supone la garantía de proteina para practicamente todo el año, algo que hace no muchos años, en la mermada economía de subsistencia de la montaña, podía suponer la diferencia entre pasar el invierno y pasar hambre.Actualmente, se hace por conseguir un producto de elaboración casera y por mantener una tradición de tiempos inmemoriales. Ahora, apenas cada pueblo tiene una matanza. Bravo por los que aún mantienen la tradición y gracias por dejarme meterme hasta los adentros de cada casa como si fuera la mía, VIVA OMAÑA !!!