Después de múltiples viajes , cada vez vas afinando más el equipo para procurar conseguir la máxima versatilidad, a la vez que vas buscando la máxima protección frente a los golpes y la máxima resistencia del equipo.

Esto, en los safaris fotográficos, adquiere su máxima expresión, donde el continuo traqueteo de los vehículos por pistas y por zonas off road es una constante .

Aquí es donde podemos llegar a tener problemas con los equipos si no los llevamos protegidos, y más si sumamos el constante polvo que solemos tener en este tipo de viajes.

Mirando en el mercado encontré la marca Peli, que ya conocía por utilizar maletas pequeñas para salvaguardar los discos duros (ya comentaremos estos productos más adelante) y me enamoró lo que, hasta ahora, se ha convertido en la mejor opción utilizada, la Maleta Peli 1510 LOC.

Configurando la maleta en casa, vemos que es muy espaciosa y no presenta un problema llevar dos cuerpos de la serie 1D de Canon (los más grandes de la serie réflex), un 17-40 mm, un 70-200 mm y un 500 mm f4, además, en la parte de arriba,lo que consideramos como tapa, tenemos un bolsillo para guardar nuestro portátil y otro bolsillo par cargadores, discos duros, etc.

Esta parte de arriba es todo un acierto, ya que permite un acceso rápido a todo lo que decidamos colocar en los bolsillos de la tapa, con el añadido de que se aprovecha el espacio al máximo.

Uno de los principales problemas que tenemos los fotógrafos a la hora de viajar con nuestro equipo, en algunas compañías aereas , es la necesidad de contar con un medio de transporte que esté admitido en cabina, es decir, que tenga las medidas adecuadas aceptadas por la IATA, estándar unificado por las compañías. La maleta cumple esas normas sin problemas, con el añadido de contar con ruedas y un asa extraíble retráctil para poder transportarla por los aeropuertos sin esfuerzos. Podemos estar tranquilos que nos montamos en el avión con la confianza de que entrará sin problemas en la cabina de equipajes.

Llega la hora de la verdad, ver cómo se comporta la maleta frente al inevitable maltrato de un viaje de estas características, donde pasará largas jornadas sufriendo golpes en el coche y el incesante polvo de la sabana que, durante 12 días, ha castigado todo el habitáculo del coche.

En las maletas flexibles e incluso en las que presumen de estar termo selladas, al final siempre acaba entrando polvo (recordemos que éste es un enemigo de primer nivel para nuestras lentes), ya que el problema de las cremalleras es que, cuando llevas varios días de safari, éstas no trabajan igual, tienden a atascarse si hay mucho polvo y, muchas veces, da pereza estar todo el día abriendo y cerrando, ya que pierdes la inmediatez de la accesibilidad. Estos factores hacen que la dejes abierta y el polvo campee a sus anchas por la mochila.

Esto, en la maleta rígida Peli no pasa, ya que sólo tiene dos cierres en la parte frontal que, cuando cerramos la maleta, se produce una estanqueidad absoluta, hasta tal punto que la maleta exteriormente cuando tenía un aspecto más que preocupante por la suciedad, al abrir, contrastaba con la impoluted de su interior. Esto, en este tipo de expediciones, es más que agradecido porque limita muchísimo la limpieza de equipos después de cada jornada de safari, en donde tienes el tiempo justo para descargar las imágenes, cenar y ver el material, para volver a salir a primera hora al día siguiente.

Nos encontramos frente a una maleta que vale cada euro y es que, aveces, no somos conscientes de lo caras que son nuestras lentes y demás equipos fotográficos y no reparamos en un buen sistema fiable y fuerte de transporte. Me ha satisfecho tanto este equipo, que lo utilizo actualmente para todas las actividades fotográficas, exceptuando las salidas al campo donde toca patear y no queda más remedio que utilizar mochila.