La Semana Santa es un acontecimiento religioso que rememora la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, es una celebración de contrastes y según en que zona de la Península la veamos, viviremos una Semana Santa diferente con distintos ritos.
Como en cualquier trabajo fotográfico, debemos realizar un pequeño proceso de documentación a fin de ver las posibilidades y los momentos característicos de esta celebración en concreto para estar prevenidos y no perder momentos que metidos en faena pueden pasarnos desapercibidos. El conocimiento de los pequeños detalles es lo que hará marcar la diferencia en nuestro reportaje.
Aunque a priori lo normal sea enterarse de los horarios y los recorridos en la oficina de turismo o bien a través de la internet, lo más acertado si queremos profundizar en la Semana Santa, será contactar con las diferentes cofradías de cada localidad en donde pretendamos realizar el reportaje, ya que éstas preparan la Semana Santa durante todo el año y son las que pueden facilitarnos el trabajo en gran medida, gracias a ellas, obtendremos información de primera mano del paso, a la vez que los hermanos de ésta estarán al tanto de nuestra actividad y serán más accesibles al estar frente a la cámara.
Normalmente entendemos un reportaje de Semana Santa como la típica imagen de los pasos, de los costaleros y nazarenos, evidentemente son el plato fuerte de nuestro reportaje, pero porqué no intentamos captar los momentos previos a la salida de de la procesión a la calle.
Como norma general, es algo complicado si no tenemos un contacto previo con la cofradía, el tener acceso a todo el ritual antes de la salida del paso a la calle en la iglesia o en la ermita nos abrirá un abanico nuevo de imágenes para captar, ya que son momentos de tensión y de nerviosismo por todas las horas de preparación y los ensayos para que todo salga bien en este día tan esperado. Además es el momento donde se producen uno de los rituales menos conocidos, cuando los costaleros se preparan para llevar el paso colocándose la “morcilla” en la cabeza y las fajas en la cintura para aguantar el tremendo esfuerzo que tendrán que hacer a través de las calles de la ciudad. En el interior de la iglesia estaremos muy atentos a estos rituales que son de captura obligada, aunque a buen seguro, en el interior dispongamos de muy poca luz y trabajaremos con números altos de iso, entre 400 y 800, sacrificando algo de nitidez, pero gracias al ruido provocado por la alta sensibilidad, daremos una atmósfera ideal para plasmar esos momentos tan especiales y poco conocidos por la mayoría del público.
Ya en la calle, si al fin tenemos permiso de la cofradía, lo ideal es tirar las imágenes dentro de la procesión para captar todos los detalles y la esencia de la misma en primera persona para transmitir la sensación y la visión de un cofrade más en la marcha y desplazarnos a través de la procesión con total libertad, ya que si nos limitamos a tirar desde los laterales, la gente apostada en los lados nos impediría trabajar con total comodidad y más si cubrimos el reportaje con una mochila o con dos cuerpos de cámara colgados. 
El modo de trabajar dependerá directamente de la procesión que sea, es decir, no afrontaremos de la misma manera un reportaje de un paso que salga a las cinco de la tarde o a primera hora de la mañana donde la luz nos es muy favorable. En las procesiones que salen por la tarde utilizaremos isos bajos, con posibilidad de trabajar incluso a diafragmas medios o cerrados y con la búsqueda de ángulos donde la luz sea nuestra aliada, tanto luz a favor como a contraluz. En cambio, al fotografiar el conocido paso de la madrugá, tendremos que apoyarnos en iluminación artificial en gran parte de la sesión o buscar la combinación del iso alto, ya que tendremos que trabajar gran parte del tiempo de noche.
Procuraremos llevar diferentes lentes para cubrir tanto las tomas angulares como las más alejadas y gracias al tele también podremos buscar detalles. Es muy aconsejable llevar una unidad de flash que utilizaremos, a ser posible, en el modo manual con escalones de potencia que combinándolo con velocidades de obturación baja nos dará imágenes repletas de acción, evitando las imágenes fijas convencionales que suelen verse en las imágenes de carácter nocturno.