En el año 1996 un servidor se iniciaba en la fotografía, eran tiempos de la EOS 500 N, posteriormente la EOS 50, y poco más adelante, mi más que querida EOS 3, la opción de lentes disponibles para los fotógrafos de naturaleza en esos años no era, ni de lejos, tan variada como ahora (aparte de los inalcanzables pepinos, para alguien que se estaba iniciando). Era poco más que un montón de lentes entre los que se encontraba, principalmente, la ya desaparecida Cosina con su 100-400, Sigma con su 50-500 y Tamrom con el 200-500.

A los dos años de empezar mi entonces afición, Canon sacó un equipo que representó una revolución, un serie L con estabilizador integrado que presentaba unas cuantas ventajas competitivas frente a las de su rango dentro de un reducido espacio y una calidad soberbia para aquellos años donde el velvia y el provia mandaban y los que teníamos menos pasta, tirábamos con los resultones superia.

Actualmente, el 100-400, ya clásico, es utilizado por un gran número de fotógrafos aficionados y profesionales, a pesar de que su desarrollo y lanzamiento habla de más de 17 años, en donde los materiales, calidades y estudios ópticos, así como los sistemas electrónicos de los sistemas EOS, han dado más que un salto cualitativo en este tiempo.

El pasado mes de febrero, Canon, dentro de un paquete de presentaciones, anunció un relevo que, a mi parecer y al de muchos fotógrafos, se ha hecho esperar demasiado. Son muchas las marcas que han desarrollado un 100-400 killer, con una calidad por encima del anterior objetivo citado aprovechándose del desarrollo y la tecnología, que ha jugado en favor de los equipos más modernos, a precios más que competitivos y con una calidad aceptable para un gran número de situaciones.

Había y hay una gran expectación sobre cuál es la calidad final de la lente y qué rendimiento ofrecería. Desde su lanzamiento, como miembro colaborador del CPS, he estado en contacto con esta lente pero sin resultados concluyentes, ya que se trataba de una unidad de preproducción, hasta que, finalmente, he podido contar con una unidad definitiva y realizarle un extenso y arduo test, teniendo como principal escenario mi último viaje a Tanzania.

Más de 12 días a pleno rendimiento con unas condiciones de trabajo de las más duras que me he encontrado en los últimos años, debido al calor extremo, sumado a la gran cantidad de viento y polvo que he encontrado en este viaje. Si hay una condición dura para una lente de estas características es esta.

 

Como os comenté con el test de la 7D Mark II, mi posición de colaborador con Canon, para determinados sectores muy críticos y escépticos, puede dar a entender una influencia a favor de la marca, pues bien, para todos ellos, podéis ahorraos la chapa y podéis descargaros los

Raws de manera directa aquí gracias a los amigos de Mirada Natural

Pero si quieres conocer mis impresiones después de este viaje y con la experiencia de más de 15 años testeando equipos, te agradezco, una vez más, tu paciencia.

Construcción y ergonomía

Dentro de una tendencia minimalista a crear lentes acordes con el tamaño del sensor, como es el caso de todas las cámaras de formato CSC, en donde los objetivos son directamente proporcionales al tamaño del sensor, va Canon y desarrolla una lente ligeramente más pesada a su versión anterior ¿y eso?. Muy sencillo, se han modificado los grupos de lentes y las guias del zoom, sumado a la incorporacion un estabilizador de última generación del que hablaremos más adelante.
Como comentamos, el objetivo es ligeramente superior en peso a su versión anterior, a la vez que su fisonomía es bien distinta, el diseño se ha mejorado considerablemente creando una ergonomía total y muy agradable a la hora de trabajar. El anillo de focal es grande y fácilmente desplazable con 2-3 dedos, esto hace que en apenas un cuarto de giro pase de los 100 mm a 400 mm y viceversa, de manera rápida y precisa. Este está situado en el centro de masas de la lente, por lo que si trabajas a pulso, si o si, lo cogerás por ahí y regularás la focal a la vez que lo mantienes.
Esto evita que tengas que desencararte la cámara para ver cuál de los dos anillos engomados es el de la focal y cuál de enfoque manual.

El anillo de enfoque presenta un tacto muy suave, fácilmente desplazable con la yema de un solo dedo, a la vez que presenta un ligero rebaje en esta parte, recordándome a las grandes lentes y  aportando un diseño más estiloso, a la vez que huye de la forma cilíndrica propiamente dicha de la anterior versión.

El zoom

Una de las prestaciones que no me terminaba de convencer en un principio fue la de que se siguiera apostando por un zoom externo, en detrimento de un zoom interno que asegura estanqueidad absoluta. Algo que los fotógrafos que trabajamos en exteriores y comúnmente en situaciones bastante adversas valoramos mucho. Pues bien, esto que en un principio consideré como un contratiempo, fue una virtud a la hora de preparar la maleta fotográfica. La necesidad de crear un zoom interno con focal de 400 mm, sin duda, crearía una longitud similar a la del 100-400 extendido en su focal 400, cercano a los 40 cm. Si esta lente es tu lente principal, quizás le restes importancia, pero si la llevas como segunda lente acompañada de un 500 o un 600 f4, te aseguro que el zoom extensible es la diferencia de que se quede en casa o se venga, así de fácil.

Esto es muy bueno a la hora del transporte pero siempre piensas que la calidad final en un zoom “de rosca” va ser menor que un zoom interno.

 

 

Rendimiento del zoom
Pues antes de nada, lo primero después de ver su rendimiento sobre el DPP, te recomiendo que parametrices el objetivo en tu cuerpo de cámara en el EOS Utility. Bien, después de trabajar durante 15 días de manera continua en multitud de focales con un ratio de fotos superior a las mil imágenes diarias y chequeando las imágenes en el Digital Photo Profesional, no he notado una diferencia de calidad en ninguna gama focal, es más, el punto crítico de la anterior versión se encontraba, principalmente, entre las focales 100-150 y de 350 a 400, no he notado diferencias demasiado significativas en absoluto. No te olvides de parametrizar la iluminación periférica de tu cámara, sobre todo si trabajas en full frame a 400 mm, ya que puede que se oscurezcan los extremos, es más, he abusado muchísimo de ese rango y los resultados son los que os muestro en los Raw que antes comenté. La facilidad para cambiar de focal me ha permitido ir ajustando el encuadre, incluso en sujetos con movimiento, hecho que verdaderamente da sentido a la palabra versatilidad, ya que variar un encuadre con la mayor rapidez posible es algo que se agradece y mucho cuando trabajas con animales salvajes con una impredictibilidad absoluta.

Estabilizadores:

Una de las grandes novedades a mi parecer, junto con la renovada calidad óptica y la velocidad AF (de las que hablaremos más adelante) y que diferencia sobremanera a cualquier objetivo de su sector, es el de poseer un sistema de estabilización de 4 pasos con un rendimiento verdaderamente efectivo y muy cercano en a las grandes focales fijas. Los sistemas de estabilización de muchas lentes del mercado, en rangos de precio inferiores a los 2.500 euros y en focales de 400 a 600 mm son más una herramienta de marketing, que una prestación real de trabajo. Estos presentan como norma general un estabilizador único excesivamente agresivo y sumado a un cuerpo APSC, en donde tenemos un factor de conversión de 1.6, el estabilizador pega unos bandazos de aúpa, sumado a una velocidad de AF lenta, puede ser la pesadilla de cualquier fotógrafo, ojito con esto!!!!

Como comentamos, el 100-400 presenta un estabilizador muy silencioso de 4 pasos en el que podemos trabajar en 4 posiciones, acorde e idéntico en la manera de trabajar al de las grandes lentes de la serie L.

Estabilizador desactivado: para cuando tenemos una velocidad de obturación por encima de 1/400 o estamos trabajando desde un trípode.

Estabilizador modo 1: es el modo de estabilización convencional, quizás el más agresivo de todos. Especialmente diseñado en situaciones de baja luz, esta agresividad en el cabeceo del estabilizador produce que la estabilización en condiciones de disparo de 1/30-1/90 (según destreza) a focales incluso de 400 mm con esta lente, garantizan la toma y nos permite trabajar al límite con muchas garantías.

Estabilizador modo 2: especialmente desarrollado para la obtención de imágenes en barrido (Panning) trabaja fantásticamente bien, apenas produce un cabeceo significativo a la vez  permite hacer un seguimiento muy certero.

 

Estabilizador modo 3: ya representó una revolución en la incorporación de la línea Mark II de grandes lentes, ya que este modo de estabilización solo se activa durante la exposición, es decir, en el momento en el que estas captando la imagen es cuando trabaja. Con él, tienes la sensación de que no está funcionando el estabilizador salvo por el ligero ruido que sale del anterior del objetivo. Este modo ha relegado, en el 80% de situaciones, al modo 1 ya solo utilizado el primer sistema en condiciones de velocidades muy bajas en donde si necesitemos un cabeceo agresivo para compensar nuestro pulso y la velocidad de disparo lenta para un teleobjetivo.

Velocidad AF:

Sería muy fácil deciros que el AF del 100-400 va como un tiro y quedarme tan ancho, pero ¿con qué lo comparamos? Lo comparamos con los objetivos de su rango o con los objetivos de altas prestaciones de la marca. Obviamente no he probado todas las lentes competidoras del nuevo 100-400, pero si tengo claro que es el más rápido de las que he probado en zoom en focales 400-600 mm por debajo de los 2.500 euros.

En este safari la he comparado directamente con el 500 mm f4 USM I, montando ambos objetivos sobre la 1DX y, obviamente, el 500 rinde bastante mejor pero también he de deciros que la rapidez del AF es más que rápida y digna para una lente de su rango. Hasta la llegada de este modelo, en su versión anterior, resultaba bastante complicado obtener un ratio de acierto alto en imágenes de acción y más concretamente en vuelos.

 

Limpieza, polvo y resistencia a condiciones duras:

La idea era llevarse la lente, foguearla y ver como respondería en Tanzania. En principio, en esta época del año, la lluvia sería el mayor de los problemas de resistencia y se limitaría al calor sofocante del medio día y la lluvia a la tarde o a la mañana, eso era lo que dictaba la experiencia de más de 8 viajes a esa zona en esa época. Pues bien, este viaje ha sido muy duro debido a la ausencia de lluvias, al más seco, polvoriento y extremo hasta la fecha, y encima, va y me toca a una lente no sellada, toma ya!!!

Ante esto, si piensas que iba a guardar el objetivo al menor atisbo de polvo o de dureza, lo siento pero te has equivocado de lleno, el nivel de exigencia ha sido el mismo para todas las lentes que llevaba y siempre ha estado a mano, igual que el 500 mm f4 USM, ya que guardarlo en la mochila para mantenerlo sin una muesca y que esté perfecto e impoluto para la prueba sería algo irreal con el trabajo que realizo, además de alterar una prueba y lo más importante, perdería fotos que suceden en segundos.

Tras todos estos días, la lente al no tener un sellado completo, he de decir que en el interior del grupo de lentes se ha acumulado alguna que otra mota de polvo. Recordad que han sido condiciones verdaderamente duras, que muchísimos lectores no reproducirán estas condiciones en su equipo jamás. Estas motas no han afectado para nada la calidad de la lente y no se ha visto para nada comprometida la funcionalidad del equipo, también he de reconocer que solo cada tres o cuatro días limpiaba este equipo con aire comprimido, aumentando, más si cabe, la posibilidad de acumulación de suciedad en cada una de sus cavidades (de esto, al fin y al cabo, se trata probar un equipo).

Un gran número de los fotógrafos nos pensamos que gran parte de nuestro equipo, desde el momento que lo adquirimos, ha de permanecer invulnerable al paso del tiempo pero al igual que limpiamos los sensores de las cámaras en cuanto muestran una cantidad de motas considerables incluso a diafragmas abiertos, con las lentes zooms, especialmente deberíamos ser igual, y pensar que cada cierto tiempo, debería estar en nuestros planes realizar una limpieza de lentes, para ello sopesa a la hora de comprar la lente incluir el mantenimientode esta

En esta prueba he querido ir más allá y hemos llevado la lente al Servicio Técnico Oficial de Canon España, en este caso en Madrid, SERPLUS. Con la finalidad de abrirlo, ver realmente cuánta porquería ha acumulado y algo que realmente es una prueba de fuego, meter la lente en el cuarto de ajuste y centrado de lentes, para ver después de un viaje en el que el traqueteo constante del vehículo, llevarlo fuera de la mochila y conduciendo exclusivamente en terrenos fuera de pistas e incluso con más de un golpe, ver si el grupo de lentes y la calidad óptica se ha visto resentida en algún aspecto. Hecho que verdaderamente me preocupaba, al ser un equipo zoom ya que sufriría muchísimo, sobre todo los grupos de lentes y el estabilizador.
Pues bien, deciros que aparte de las muescas exteriores, por dentro la calidad óptica en la parametrización y el posicionado de las lentes no ha sufrido nada y todo estaba donde tenía que estar, no ha habido que hacer ningún reglaje. Esto habla mucho a favor de la dureza de una lente que aunque no esté sellada, ha aguantado un viaje de este tipo, sin más incidencia que la de la suciedad en uno de los entornos más hostiles en los que he trabajado.

100-400 para paisaje y parasol:

Si una palabra resume al 100-400 es sin duda,  versatilidad, después del safari a Tanzania, nos llevamos esta lente a la Costa Asturiana a trabajar con él en condiciones totalmente distintas. Después de ver su rendimiento en África, principalmente con diafragmas abiertos, tocaba ver cómo trabajaría con diafragmas por encima de f11 y cómo respondería con sujetos alejados por encima de 50 metros, abusando de zoom y con un filtro polarizador o un densidad neutra. Para la prueba, dado que tiene el diámetro de 77mm, pude contar con mi polarizador y densidad neutro variable de Heliopan que tan bien me están funcionando y confío plenamente en ellos ya que no me dan ningún tipo de problema en el día a día

Pues bien, antes de pasar a comentar esto, hay que hacer hincapié en la inclusión, por fin, de una pestaña en el parasol que te permite trabajar fluidamente con filtros, como el polalizador, que necesitas mover frecuentemente. Esto es algo que ya se echaba de menos en el modelo anterior.

En cuanto al rendimiento de la lente para paisaje, al igual que me pasó con la fauna, el rendimiento lo sitúo un pelín por debajo del 70-200 mm 2.8 IS USMII. Un nivel de detalle muy muy bueno al 100% (ver los RAW) en sujetos colocados a más de 150 metros, sigue ofreciendo muy buenos resultados a diferentes diafragmas, pero al tratarse de un tele con esa focal, que te comprime el plano muchísimo no te obsesiones en trabajar a diafragmas cerrados si quieres enfocar todo el encuadre. A esas distancias, por encima de 40-50 metros, sacarás un mejor rendimiento a diafragmas intermedios-altos entre f8 y f13,yo llegue a forzar por encima de F18 para ver su respuesta y  es muy buena ,pero apoyándote en un filtro polarizado y, si quieres más tiempo de exposición en tus en tus imágenes, hazlo con un filtro de densidad neutra, en vez de diafragmar mucho, en ese rango, la lente sorprende verdaderamente.

Multiplicador:

La versión anterior no es que diera grandes alegrías a los usuarios con el multiplicador, pero en esta nueva versión, a distancias cortas, el resultado es más que bueno, ideal para forzar un retrato de un sujeto a cortas distancias.
Pero a partir de los 12-15 metros, ya notamos una pérdida de calidad, aunque aceptable, no te recomiendo que tires del duplicador como norma general en tus fotos, si lo que buscas es máxima calidad. Claro, que si tus imágenes van destinadas a entornos web, dispositivos móviles y trabajos de baja resolución, no tengas problemas en utilizarlo, pero, personalmente, para mis necesidades, solo acoplé el multiplicador en condiciones muy concretas, ya que necesito la máxima calidad en mis archivos. En cuanto al AF, con él, tanto en la versión II y III, solo nos permite trabajar al punto central algo a tener en cuenta, sumado a que el rendimiento de la velocidad de AF baja considerablemente.

 

 

Conclusión:

Por fin tenemos una lente compacta con una calidad soberbia dentro de su rango, que se ha hecho esperar, demasiado creo yo. Las mejoras con respecto a la versión anterior, son palpables, por fuera en la manera de trabajar con él y,por dentro a la hora de ver las calidades al 100% en el ordenador. Una lente que no tengo ningún reparo en trabajar con ella porque me ofrece el rendimiento que necesito dentro de un peso pequeño.
Acostumbrado a trabajar con grandes lentes, sin duda, será mi segunda lente de trabajo en safaris, cambiándola por el 70-200 2,8, ya que esa versatilidad con muy buena calidad entre los 200 y los 400 mm me dan un juego increíble para fotos en donde necesite ambientar a los sujetos o simplemente esté tan cerca que me los coma.

Además, pienso utilizarla en las travesías por montaña, por ejemplo, detrás de cabras montesas o cualquier travesía en donde pueda conseguir un buen acercamiento a una especie determinada y necesite combinar el trabajo con paisaje largo o paisanaje. Llevarla como lente principal, sin necesidad de llevar nada más que un angular y el cuerpo de cámara.

Para los usuarios que decidan utilizar esta lente como principal tele, creo que es un acierto de todas todas, una sensacional calidad de imagen, un sistema de AF muy por encima de sus competidores, sumado un sistema de estabilización de 4 pasos que verdaderamente funciona, nos permitirá obtener imágenes de acción, que con la versión anterior eran imposibles. Mi consejo es que no abuses del multiplicador y te olvides del duplicador si los que buscas es calidad en tus fotos.

 

Sin duda tenemos lente para rato.